Helping The others Realize The Advantages Of convivencia feliz
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Paciencia: El amor verdadero es paciente y comprensivo, incluso en tiempos difíciles. La paciencia ayuda a navegar los conflictos y los problemas de la vida.
Lealtad: El amor verdadero es leal y fiel. Esta lealtad asegura que ambas partes están comprometidas y dedicadas a la relación.
Apoyo: Apoyarse mutuamente en las buenas y en las malas es un signo de amor verdadero. Este apoyo incondicional puede ser emocional, físico o incluso financiero.
Por curioso que resulte, los terapeutas de pareja se encuentran muy a menudo con este mismo dilema: el tener que explicar a sus pacientes qué es eso a lo que llamamos “amor verdadero”. Cabe decir también que cada vez que iniciamos una relación nos decimos a nosotros mismos que lo hemos encontrado.
«El Beso» de Auguste Rodin: Esta escultura representa a dos amantes en un abrazo íntimo. Rodin captura un momento de pasión y ternura, destacando la fuerza y la belleza del amor fileísico y emocional.
Quizá se podría sintetizar lo dicho estableciendo que los que han aprendido a amar no dependen de la persona amada, pero tampoco permiten que ella dependa de ellos, porque saben que de cualquiera de los dos lados de la cadena, el esclavo y el amo son víctimas de la esclavitud y la rechazan de plano.
Y que quede claro que digo “sencilla” no para restarle importancia, sino para restarle solemnidad y para que todos podamos entender la magia y presencia de este sentimiento en la vida de todos.
Compromiso: El amor verdadero requiere compromiso. Esto implica trabajar en los problemas y superar los obstáculos juntos.
La relación entre Elizabeth Bennet y el Sr. Darcy evoluciona de malentendidos y prejuicios a un amor profundo basado en el reconocimiento y la apreciación de las virtudes y defectos del otro.
Por eso preferir en vez de necesitar tiene como consecuencia directa otorgarle más valor a la persona que queremos, pues la valoraremos por quién es y no por lo que nos aporta.
Los miedos hacia el futuro y hacia lo que pueda ocurrir con esa relación presente tampoco importa. Porque no hay temores, solo la convicción de que aquello que se quiere, se cuida y se disfruta aquí y ahora.
Reciprocidad: El amor verdadero es recíproco. Ambas partes se aman y se cuidan mutuamente. No se trata de un amor unidireccional.
Relacionarse desde la necesidad y la carencia conduce a relaciones tóxicas en las que cargamos al otro con la responsabilidad de hacernos felices. De este modo perdemos todo nuestro poder personal y el control sobre nuestros estados de ánimo.
Desde pequeños vamos integrando e interiorizando estos patrones y llegamos a la edad adulta con un concepto erróneo del amor.
Es verdad que no somos autosuficientes, pero es nuestro compromiso aprender a amar adultamente, comprender la diferencia entre pedir y exigir, aceptar que el otro puede no tener o no querer darnos here lo que hoy necesitamos, y aprender la diferencia que existe entre renunciar y sacrificarse.